El valor y el coraje de nuestras mujeres y hombres jóvenes en las fuerzas armadas son un ejemplo brillante para todo el mundo, y debemos a ellos y sus familias nuestro más profundo respeto.
¡El sufrimiento! A él debemos todo el bien dentro de nosotros, todo lo que le da valor a la vida; a él debemos la pena, a él debemos la valentía, a él debemos todas las virtudes.
A veces nuestra luz se apaga, pero la llama es encendida por otro ser humano. Cada uno de nosotros debe el más profundo agradecimiento a quienes han reavivado esta luz.