Lo único que tienes que nadie más tiene eres tú. Tu voz, tu mente, tu historia, tu visión. Así que escribe y dibuja y construye y juega y baila y vive como solo tú puedes hacerlo.
Cualquier cosa a la que no puedas renunciar cuando ya haya perdido la utilidad te posee, y en esta era materialista muchos de nosotros somos poseídos por nuestras posesiones.