Pregúntale a los que los que aman a Dios con un amor sincero, y te dirán que no encuentran un alivio mayor o mas rápido a los problemas de sus vidas que en la amorosa conversación con su Amigo Divino.
Así como una madre encuentra placer en tomar a su hijo en su regazo, para alimentarlo y acariciarlo, de igual manera nuestro Dios amoroso muestra su cariño por sus almas amadas que se han entregado totalmente a Él y han puesto toda su esperanza en su bondad.
Ciertamente, almas amorosas, deben ir hacia Dios con toda humildad y respeto, humillándose a ustedes mismos en Su presencia, sobre todo cuando recuerdas tus pecados e ingratitudes pasadas.