Frases de Brene Brown

Tal vez las historias son sólo datos con alma.

No existe innovación ni creatividad sin fracaso. Punto.

No tengo que perseguir momentos extraordinarios para encontrar la felicidad - ella está justo en frente de mí si presto atención y practico la gratitud.

Pasé muchos años tratando superar ser más listo que la vulnerabilidad, haciendo cosas certeras y definidas, blancas y negras, buenas y malas. Mi incapacidad para inclinarme hacia la incomodidad de la vulnerabilidad limitaba la plenitud de las experiencias importantes que vienen con la incertidumbre: amor, pertenencia, confianza, alegría y creatividad por nombrar unas cuantas.

La verdad es: pertenecer comienza con la aceptación de uno mismo. Tu nivel de pertenencia, de hecho, no puede nunca ser mayor que tu nivel de aceptación de uno mismo, porque creer que eres lo suficiente es lo que le da el valor de ser auténtico, vulnerable e imperfecto.

Las redes sociales nos ha dado esta idea de que todos tengamos un grupo de amigos cuando en realidad, tenemos suerte si tenemos uno o dos amigos muy buenos.

Un profundo sentido de amor y pertenencia es una necesidad irreductible de todas las personas. Nosotros estamos biológica, cognitiva, física y espiritualmente cableados para amar, ser amados y pertenecer. Cuando esas necesidades no se cumplen, no funcionamos como estábamos destinados para funcionar. Nosotros nos rompemos. Nos desmoronamos. Nos entumecemos. Sentimos dolor. Hacemos daño a otros. Nos enfermamos.

Eres imperfecto y estás hecho para la lucha, pero eres digno de amor y pertenencia.

Atreverse a fijar límites se trata de tener el coraje de amarnos a nosotros mismos, incluso cuando corremos el riesgo de decepcionar a otros.

Despertar cada día y amar a alguien que podría devolvernos el amor o no, cuya seguridad no podemos garantizar, que podría permanecer en nuestras vidas o podría marcharse en seguida, que podría ser fiel hasta el día que mueran o traicionarnos mañana - esa es la vulnerabilidad.

La vulnerabilidad es la cuna de la conexión y el camino a la sensación de valía. Si no se siente vulnerable, la experiencia de compartir probablemente no es constructiva.

La vulnerabilidad es, en esencia, incertidumbre, riesgo y exposición emocional.

En muchos sentidos, septiembre se siente como la época más ocupada del año: Los niños vuelven a la escuela, el trabajo se acumula después de la canícula, y el Día de Acción de Gracias de repente está encima.

La vergüenza es la emoción principal, la más poderosa. Es el temor de que no somos lo suficientemente buenos.

Cuando llegas a un lugar donde entiendes que el amor y la pertenencia, tu dignidad, es un derecho de nacimiento y no algo que tienes que ganar, todo es posible.

La vulnerabilidad es exponerte y ser visto. Es difícil hacerlo cuando estamos preocupados sobre lo que la gente podría ver o pensar.

¿Cuál es el mayor riesgo? ¿Dejar ir lo que la gente piensa - o dejar ir lo que siento, lo que creo, y lo que soy?

Cuando la gente que amamos deja de prestar atención, la confianza comienza a escaparse y el daño comienza a filtrarse.

Para mí, lo contrario de la escasez no es la abundancia. Es "suficiente". Soy suficiente. Mis hijos son suficientes.

La incertidumbre de la crianza de los hijos puede sacar a relucir en nosotros sentimientos que oscilan entre la frustración y el terror.

A través de mi investigación, encontré que la vulnerabilidad es el pegamento que mantiene unidas a las relaciones. Es la salsa mágica.

La fe sin vulnerabilidad y misterio es igual al extremismo. Si ya tienes todas las respuestas, entonces no llames a lo que haces "fé".

Muchas personas piensan que el perfeccionismo es un intento de ser el mejor, pero no se trata de superación personal; se trata de obtener aprobación y aceptación.

La vulnerabilidad no es debilidad. Y ese mito es fundamentalmente peligroso.

La culpa es igual de poderosa, pero su influencia es positiva, mientras que la de la vergüenza es destructiva. La vergüenza erosiona nuestro coraje y alimenta la desvinculación.

Lo difícil es que la vulnerabilidad es lo primero que busco en usted y lo último que estoy dispuesto a mostrarle. En usted, es coraje y osadía. En mí, es debilidad.