En este mundo peligroso en que vivimos, donde el odio y la violencia y los desastres naturales a veces chocan para casi abrumarnos, cada uno de nosotros puede ayudar de alguna manera.
La paz no es la ausencia de conflicto sino la presencia de alternativas creativas para responder al conflicto, alternativas a respuestas pasivas o agresivas, alternativas a la violencia.
El destino es la cárcel y la cadena de los ignorantes. Hay que entender al destino como al agua del Nilo: el agua delante del fiel, la sangre delante del no creyente.
Ten cuidado de dejar a tus hijos bien instruidos en vez de ricos, ya que las esperanzas de los instruidos son mejores que la riqueza de los ignorantes.