El ojo de Dios que todo lo ve, vió nuestro deplorable estado; infinita compasión tocó el corazón del Padre de las misericordias; y sabiduría infinita estableció el plan para nuestra recuperación.
Hace un año tuve una lesión en la espalda y seguí un programa de buena nutrición para ayudar a acelerar mi recuperación. Me centré en el ejercicio y mantenerme sano para volver sobre el hielo.