Nuestras vidas no quedan determinadas por lo que nos sucede, sino por cómo reaccionamos a lo que sucede, no por lo que la vida nos trae sino por la actitud que le llevamos a la vida.
La mente consciente puede ser comparada con una fuente jugando al sol y volviendo a caer en la gran piscina subterránea del inconsciente de la cual emerge.
Las rocas, el agua, etc., son palabras de Dios, y también lo es el hombre. Todos fluimos desde una fuente del Alma. Todos somos expresiones de un Amor.
Beberé agua. A veces jugo de tomate, que me gusta. A veces jugo de naranja, que me gusta. Beberé cosas diferentes. Pero la Coca Cola o Pepsi te levantan un poco.