Los buenos modales son el arte de hacer cómodas a las personas con quienes conversamos. Quien haga que menos personas se sientan incómodas es el mejor educado de la sala.
Cuando se trata de átomos, el lenguaje puede utilizarse solamente como se usa en la poesía. Al poeta, también, no le preocupa tanto describir los hechos como le preocupa crear imágenes.