La Pascua no se limita a la pasión y muerte de Cristo; también incluye la triste tragedia de la vida no vivida por muchos y toda la pérdida de pasión y verdad que va con eso.
La Pascua es reflexionar sobre el sufrir por una causa, pero también es pensar en Jesús y su desobediencia a una gran autoridad donde Él se mantiene firme en Su verdad; tenemos dos historias ahí.
Es en la Pascua que Jesús es más humano, y como todos los seres humanos, falla y es fallado. Él no es un Dios completamente poderoso, Él es un Dios completamente vulnerable.