Frase de Neil Gaiman

Olvidas que los frutos pertenecen a todos y que la tierra le pertenece a nadie.

Renuncio a la lucha: que haya un final, una intimidad, un rincón oscuro para mí. Quiero que Dios me olvide.

Rodéate de personas que te presten apoyo y amor y no te olvides de devolverles todo lo que puedas a cambio.

Siempre siento como que todo lo que hago es un proyecto de estudiante y nadie más lo sabe. Se me olvida en el momento en que otras personas lo verán.

Cuando lo descubres por ti mismo –incluso si eres la última persona sobre la Tierra en ver la luz–, nunca lo olvidarás.

Aquel que aprende debe sufrir. Y aún en nuestro sueño el dolor que no puede olvidar, cae gota a gota sobre el corazón y en nuestra propia desesperación, en contra nuestra voluntad, la sabiduría nos llega por la terrible gracia de Dios.

Al estirar su mano hasta llegar a las estrellas, hace que demasiadas veces el hombre se olvide de las flores a sus pies.

Mi último sueño era ser un autor.

La leña vieja es mejor para quemar, vino añejo para beber, amigos viejos para confiar y autores viejos para leer.

Nunca he conocido una novela que fuera lo suficientemente buena para ser buena a pesar de haber sido adaptada a las opiniones políticas del autor.