El tiempo que pases solo con Dios transformará tu carácter y aumentará tu devoción. Luego, tu integridad y comportamiento divino en un mundo incrédulo hará que los otros deseen conocer al Señor.
Un buen carácter es la mejor lápida. Aquellos que te amaron y a quienes tú ayudaste te recordarán cuando las flores se hayan marchitado. Talla tu nombre en los corazones, no en el mármol.