Todos tenemos nuestras máquinas del tiempo. Algunas nos llevan hacia atrás, se llaman recuerdos. Algunas nos llevan hacia adelante, se les llama sueños.
Nuestro cuerpo es una máquina para vivir. Está organizada para ello, es su naturaleza. Deja que la vida vaya sin obstáculos y deja que se defenfienda ella misma.
Pronto el silencio habrá pasado a convertirse en leyenda. El hombre le ha dado la espalda al silencio. Día tras día inventa máquinas y dispositivos que aumentan el ruido y que distraen a la humanidad de la esencia de la vida, la contemplación, la meditación.
Algunas personas no soportan estar solos. A mí me encanta la soledad y el silencio. Pero cuando salgo de ese humor, soy una verdadera máquina parlante. Es o todo o nada para mí.
La tarea más grande antes de la civilización en la actualidad es hacer que las máquinas sean lo que deben ser, los esclavos, en vez de los amos de los hombres.