Hay dos clases de comediantes: los que construyen puentes, y luego están las personas que caminan a través de los puentes como si ellos los hubieran construido. Los constructores de puentes son pocos y espaciados entre sí.
Hace años que yo era un chico que bebia cerveza y tequila, luego me puse muy gordo. Y entonces descubrí que uno podría ponerse a dieta y beber whisky. Entonces me gusto el whisky y si te gusta el whisky, luego todo lo demás sabe mal.
No tengo un plan específico excepto de que mientras la gente quiera escucharme hablar, seguiré hablando. No me imagino una vida sin hacer comedia en el escenario.
La mayor parte de mis fans son de mi edad, y yo envejezco al mismo ritmo que ellos. Eso me hace relevante. Les gusta oír lo que tengo que decir. Trabajo duro en ello, pero en verdad es adictivo.