El ojo de Dios que todo lo ve, vió nuestro deplorable estado; infinita compasión tocó el corazón del Padre de las misericordias; y sabiduría infinita estableció el plan para nuestra recuperación.
El espacio siempre ha sido la dimensión espiritual de la arquitectura. Es no es la declaración física de la estructura tanto como lo que contiene, lo que nos mueve.