La tecnología es un regalo de Dios. Después del regalo de la vida es quizás el mejor de los regalos de Dios. Es la madre de las civilizaciones, de las artes y de las ciencias.
En el siglo XXI nuestras papilas gustativas, la química de nuestro cerebro, nuestra bioquímica, nuestras hormonas y nuestras cocinas han sido secuestradas por la industria de la alimentación.
Como toda la tecnología, los medios de comunicación social son neutrales, pero es mejor ponerlos a trabajar al servicio de la construcción de un mundo mejor.