Siempre consideré la Declaración de la Independencia un espectáculo teatral. Jefferson se quedó con todo el efecto escenográfico... y con toda la gloria de él.
Nuestras vidas no quedan determinadas por lo que nos sucede, sino por cómo reaccionamos a lo que sucede, no por lo que la vida nos trae sino por la actitud que le llevamos a la vida.
La ficción es como una tela de araña, está quizás conectada siempre tan levemente, pero aún así unida a la vida en las cuatro esquinas. La unión es a menudo apenas perceptible.
El sueño americano es que cualquier hombre o mujer, a pesar de su origen, puede cambiar sus circunstancias y elevarse tan alto como su voluntad de trabajar.
Debes tomar responsabilidad personal. No puedes cambiar las circunstancias, las estaciones o el viento, pero te puedes cambiar a ti mismo. Eso es algo de lo que debes hacerte cargo.
El sexismo de cierta forma nos predispone a ver las obras de los hombres como si fuesen más importante que la de las mujeres, y es un problema, supongo que, como escritores, tenemos que cambiar.