Frase de Vladimir Horowitz

No habría ninguna necesidad de amor si la perfección fuese posible. El amor surge de nuestra imperfección, de que somos diferentes y siempre necesitados de perdón, aliento y de que nos falta la mitad de nosotros mismos y que siempre la estamos buscando, como dice el mito griego, para lograr completarnos a nosotros mismos.

La perfección es el hijo del tiempo.

La 'perfección' para mí es alejarme de una situación y decir: 'Hice todo lo que podía hacer ahí. No había nada más que pudiera hacer'. Estuve a un cien por ciento, como si el contador estuviera en la cima. No había nada más que pudiera haber hecho. ¿Sabes? Es como decir, trabajé tan intensamente como me fue posible. Esa es la perfección.

¡La perfección es muy aburrida!

La perfección es una molestia tal que lamento con frecuencia haberme curado de consumir tabaco.

La perfección es perfectamente simple; echar a perder las cosas requiere habilidad verdadera.

El amor es la amistad que se incendió. Es la tranquila comprensión, la confianza mutua, el compartir y el perdonar. Es la lealtad en los buenos y malos momentos. Se conforma con menos que la perfección y permite las debilidades humanas.

La perfección es imposible; sólo esfuérzate por dar lo mejor de ti.

La perfección no existe, sólo Dios es perfecto.

Me preocupa poco la belleza o la perfección. No me importan los grandes siglos. Todo lo que me importa es la vida, luchar, la intensidad.