Hay dos mundos en que vivimos: un mundo material, limitado por las leyes de la física y el mundo dentro de nuestra mente, que es igualmente importante.
Pero te voy a contar de qué se dan cuenta los ermitaños. Si vas a un bosque muy lejano y te quedas muy callado, llegarás a comprender que estás conectado con todo.
En otras palabras, una persona que es fanática en asuntos de religión y se aferra a ciertas ideas sobre la naturaleza de Dios y el universo, se convierte en una persona que no tiene fe en lo absoluto.
Entonces, la relación del yo al otro es la realización completa que amarse a sí mismo es imposible sin amar a todo lo definido como distinto de sí mismo.
Debido a que yo soy yo, me resulta muy difícil juzgar que tan fascinante podría ser escuchar durante dos horas mi tono nasal y con acento tan marcado para alguien que no fuese yo.
Así el bodhisattva salva a todos los seres, no predicándoles sermones a ellos, sino mostrándoles que son entregados y liberados por el hecho de no dejar de cambiar.
Para resistir la frigidez de la vejez, uno debe combinar el cuerpo, la mente y el corazón. Y para mantener estos en vigor paralelo uno debe hacer ejercicio, estudiar, y amar.
Cualquier actor que juzga a su personaje es un tonto, ya que en cada papel que interpretas tienes que absorber los motivos y justificaciones de ese personaje.
Es mi creencia que todos los dioses son historias, o al menos las ideas detrás de las historias, pero son historias o ideas que se han convertido de alguna manera en algo casi vivo y consciente.