Cuando uno sabe a edad temprana que su don, talento y sentido es musical, uno tiende a enfocarse en eso y a no dejar que nada interfiera o impida el movimiento hacia adelante, hacia el final de ese arcoiris. Y después de los 50 y algo de años de rockear, uno se da cuenta aún que no hay final a ese arcoiris distante hasta su última puesta del sol.
Randy Bachman
músico