Más variado que cualquier paisaje era el paisaje en el cielo, con islas de oro y plata, y con penínsulas de albaricoque y rosas sobre un fondo de muchas tonalidades de turquesa y azul.
Creo que el tipo de paisaje en que creciste vive contigo. No creo que es tan cierto de las personas que han crecido en ciudades; uno podría amar un edificio, pero no creo que se puede amar de la manera que se ama a un árbol o a un río o al color de la tierra; es un tipo diferente de amor.