Continuamente estoy tratando de tomar decisiones que me ponen en contra de mi propia zona de comodidad. Mientras estés incómodo, significa que estás creciendo.
Te fuiste y lloré lágrimas de sangre. Mi dolor crece. No sólo es que te fuiste. Pero cuando te fuiste mis ojos se fueron contigo. Ahora, ¿cómo voy a llorar?.
El punto de inflexión en el proceso de crecer y madurar es cuando descubres el centro de la fuerza que vive dentro de ti y que puede sobrevivir a toda herida.
Tienes que crecer de adentro hacia afuera. Nadie te puede enseñar, nadie puede hacerte espiritual. No hay ningún otro maestro más que el de tu propia alma.
Mi imaginación, mi capacidad para entender la manera cómo el amor y las personas crecen con el tiempo, cómo la pasión puede sorprender y renovar, me falló totalmente.
El propósito del aprendizaje es el crecimiento y nuestras mentes, a diferencia de nuestros cuerpos, pueden seguir creciendo a medida que seguimos viviendo.
Mientras crecemos en nuestra conciencia, habrá más compasión y más amor, y entonces las barreras entre gente, entre religiones, entre naciones comenzarán a caer. Sí, tenemos que vencer la separación.
No importa qué, las personas crecen. Si eliges no crecer, te estás quedando en una pequeña caja con una mentalidad pequeña. Las personas ganadoras salen de esa caja. Es muy sencillo cuando lo ves.
Espero que mi hija crezca empoderada y no se defina por su aspecto, sino por las cualidades que hacen de ella una mujer inteligente, fuerte y responsable.
Hubiera deseado que mi madre me hubiera dejado algo acerca de cómo se sentía crecer. Me gustaría que mi abuela hubiera hecho lo mismo. Quería que mis hijas me conocieran.
Una de las lecciones con la que yo crecí fue permanecer siempre fiel a ti mismo y nunca dejar que lo que alguien dice te distraiga de tus objetivos. Así que cuando oigo acerca de ataques falsos y negativos, realmente no invierto energía en ellos, porque sé quien soy.
Crece en la raíz de toda gracia, que es la fe. Creo más firmemente que nunca en las promesas de Dios. Permite que tu fe aumente en su plenitud, firmeza y simplicidad.
Yo tengo muchas de las mismas amistades con las que crecí. ¡A la mayoría les he conocido desde que teníamos tres o cuatro años de edad! He hecho nuevos amigos también.