Frases de Diane Ackerman

Nada es más memorable que un olor. Un olor puede ser inesperado, momentáneo y fugaz, y aún así evocar un verano de infancia al lado de un lago en las montañas.

El contacto físico parece ser tan esencial como la luz del sol.

La temporada de huracanes trae un recordatorio de humildad, que a pesar de nuestras tecnologías, la mayoría de la naturaleza sigue siendo impredecible.

Todas las relaciones cambian el cerebro, pero lo más importante son los lazos íntimos que nos fomentan o nos fallan, alterando los delicados circuitos que configuran los recuerdos, las emociones y ese último recuerdo, el yo.

Vivimos en las ataduras de nuestros sentidos.

Para bien o para mal, los zoológicos son cómo las personas llegan a conocer animales grandes o exóticos. Pocos verán alguna vez pingüinos salvajes deslizándose cuesta abajo en sus vientres, a pandas gigantes sosteniendo paletas de bambú en China o puercoespines de árbol en las Montañas Rocosas canadienses, enroscados como gigantescos conos de pino.

No quiero ser un pasajero de mi vida.