Si acepto a la muerte en mi vida, la reconozco y la enfrento directamente, me liberaré de la ansiedad de la muerte y la mezquindad de la vida, y solo entonces seré libre de convertirme en mí mismo.
El resentimiento parece que nos ha sido dado por la naturaleza como defensa y solo como defensa. Es la salvaguardia de la justicia y la seguridad de la inocencia.