Hace un año tuve una lesión en la espalda y seguí un programa de buena nutrición para ayudar a acelerar mi recuperación. Me centré en el ejercicio y mantenerme sano para volver sobre el hielo.
El ojo de Dios que todo lo ve, vió nuestro deplorable estado; infinita compasión tocó el corazón del Padre de las misericordias; y sabiduría infinita estableció el plan para nuestra recuperación.
La esperanza comienza en la oscuridad, la terca esperanza de que si simplemente te presentas y tratas de hacer lo correcto, el amanecer llegará. Esperas y ves y trabajas: no te rindes.