Las cosas nunca ocurren como tú las esperas. Esa es la alegría y la frustración de la vida. Aunque estoy descubriendo, a medida que envejezco, que no me importa. Son las sorpresas las que más me llaman la atención, las cosas que no ves venir.
Todos los ríos, incluso los más deslumbrantes, los que atrapan el sol en su curso, todos los ríos bajan al océano y se ahogan. Y la vida espera al hombre como el mar aguarda el río.