Los libros son los portadores de la civilización. Sin los libros, la historia es silenciosa, la literatura es muda, la ciencia está mutilada, y el pensamiento y la especulación están detenidos.
La preocupación por el medio ambiente está ahora firmemente incrustada en la vida pública: en la educación, medicina y derecho; en el periodismo, literatura y arte.
En este mundo peligroso en que vivimos, donde el odio y la violencia y los desastres naturales a veces chocan para casi abrumarnos, cada uno de nosotros puede ayudar de alguna manera.
Si el dinero ayuda a un hombre a hacer el bien a los demás, entonces tiene algún valor; pero si no, es simplemente una masa de mal, y cuanto antes se deshaga de él, mejor.