Conscientemente podemos terminar nuestra vida casi en cualquier momento que elijamos. Esta capacidad es un dote, como reír y ruborizarse, dado a ningún otro animal... en cualquier momento, al no ejercer la opción del suicidio, estamos eligiendo vivir.
La culpa es la ira dirigida a nosotros mismos - por lo que hicimos o no hicimos. El resentimiento es la ira dirigida a otros - en lo que hicieron o no hicieron.
En la medida que no vivamos nuestros sueños, nuestra zona segura tendrá más control de nosotros mismos que el control que nosotros tenemos sobre nuestras personas.