Como ustedes son mujeres, la gente les impondrn su forma de pensar, les pondrá límites. Les dirá cómo vestirse, cómo comportarse, con quién pueden encontrarse y a dónde pueden ir. No vivan en la sombra del juicio de las personas. Tomen sus propias decisiones a la luz de su propia sabiduría.
Como el calor del carbón difiere del carbón sí mismo, de igual manera, la memoria, el juicio, la percepción, la emoción y la voluntad, diferirán del cerebro, que es el instrumento del pensamiento.