La preocupación por el medio ambiente está ahora firmemente incrustada en la vida pública: en la educación, medicina y derecho; en el periodismo, literatura y arte.
El ojo de Dios que todo lo ve, vió nuestro deplorable estado; infinita compasión tocó el corazón del Padre de las misericordias; y sabiduría infinita estableció el plan para nuestra recuperación.