No puedes oponer el razonamiento contra el orgullo, el principal de todos lo vicios, ya que, por su propia naturaleza, el hombre orgulloso se rehusa a escucharlo.
¿Qué pasaría si le das un regalo a alguien y éste se rehúsa a agradecerte por el mismo - sería probable que le des otro? La vida es de la misma manera. Para atraer más de las bendiciones que la vida tiene para ofrecer, debes apreciar realmente lo que ya tienes.