El ojo de Dios que todo lo ve, vió nuestro deplorable estado; infinita compasión tocó el corazón del Padre de las misericordias; y sabiduría infinita estableció el plan para nuestra recuperación.
Vivimos en un mundo maravilloso que está lleno de belleza, encanto y aventura. No hay final alguno para las aventuras que podemos tener si tan sólo las buscamos con nuestros ojos abiertos.
En este mundo peligroso en que vivimos, donde el odio y la violencia y los desastres naturales a veces chocan para casi abrumarnos, cada uno de nosotros puede ayudar de alguna manera.
Creo que hay un momento en tu vida donde sientes que no encajas. Creo que a todos le pasa cuando eres un adolescente, sobre todo, y especialmente en la sociedad en que vivimos.