El sexismo de cierta forma nos predispone a ver las obras de los hombres como si fuesen más importante que la de las mujeres, y es un problema, supongo que, como escritores, tenemos que cambiar.
La pintura se deberá ocupar de manera más completa y menos oblicua de la vida y los fenómenos de la naturaleza, antes de que pueda volver a ser grande.
No debemos preocuparnos por lo que es pasado, ni debemos estar ansiosos sobre el futuro; los hombres de discernimiento se ocupan solo del momento presente.