La esperanza definitivamente no es lo mismo que el optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte.
El sexismo de cierta forma nos predispone a ver las obras de los hombres como si fuesen más importante que la de las mujeres, y es un problema, supongo que, como escritores, tenemos que cambiar.