Mis pasiones estaban todas reunidas como dedos que componen un puño. Hoy los golpes se consideran como una agresión, yo los conocía entonces como un propósito.
Para estar preparado contra la fatalidad, para enfrentar las condiciones adversas con gracia, es más que simple resistencia; es un acto de agresión, un triunfo positivo.
Hay situaciones históricas en que el rechazo de defender la herencia de una civilización, tan imperfecta que sea, contra la tiranía y la agresión puede resultar en consecuencias aún peores que la guerra.
Madison Avenue es una agresión muy potente contra la conciencia privada. Una demanda a la que le cedes tu conciencia privada a la manipulación pública.