El lograr tu felicidad es el único propósito moral de tu vida; y es esa felicidad, no el dolor ni la autocomplacencia sin sentido, lo que demuestra tu integridad moral, ya que comprueba la lealtad de tus valores alcanzados.
La felicidad no viene de ser rico, ni solo de tener éxito en tu carrera, ni por la autocomplacencia. Un paso hacia la felicidad es hacerte sano y fuerte mientras seas muchacho para que puedas ser útil y así puedas disfrutar de la vida cuando seas hombre.