Algunos días, 24 horas es demasiado para quedarse quieto, así que tomo el día, hora por hora, momento a momento. Separo la tarea, el reto, el miedo en trozos pequeños, tamaño bocado. Puedo manejar un pedazo de temor, depresión, ira, dolor, tristeza, soledad, enfermedad. En realidad pongo mis manos en mi cara, una al lado de cada ojo, como anteojeras en un caballo.
Regina Brett
periodista