Frases de Regina Brett

Algunos días, 24 horas es demasiado para quedarse quieto, así que tomo el día, hora por hora, momento a momento. Separo la tarea, el reto, el miedo en trozos pequeños, tamaño bocado. Puedo manejar un pedazo de temor, depresión, ira, dolor, tristeza, soledad, enfermedad. En realidad pongo mis manos en mi cara, una al lado de cada ojo, como anteojeras en un caballo.

No importa cómo te sientas, levántate, vístete y aparece.

Nadie realmente tiene una mala vida. Ni siquiera un mal día. Sólo malos momentos.

El verano es el permiso anual para ser perezoso. Hacer nada y hacer que cuente para algo. Tirarse sobre la hierba y contar las estrellas. Sentarse en una rama y estudiar las nubes.

A veces hay que desconectarse para mantenerse conectado. ¿Recuerdas los viejos tiempos cuando mirabas a los ojos durante una conversación? ¿Cuando todo el mundo no estaba mirando hacia abajo hacia un dispositivo entre sus manos? Nos hemos centrado tanto en esa pequeña pantalla que nos olvidamos de lo más importante, de la gente que tenemos justo en frente de nosotros.

Cuando se trata de chocolate, la resistencia es fútil.

Si tienes suerte de aún tener a tus abuelos, visítalos, valóralos y celébralos mientras puedas.

Se excéntrico ahora. No esperes a la vejez para vestir de morado.

Si el hornear es en lo absoluto una labor, es una labor de amor. Un amor que pasa de generación a generación.

Lo que otros piensan de tí no es de tu incumbencia.

Si nadie comprara en el Día de Acción de Gracias, no se abrirían las tiendas. Fin de la historia. Digo que todos hagamos el juramento y nos quedemos en casa. El Día de Acción de Gracias es un día para dar gracias por lo que tienes, no para ahorrar unos pocos dólares para conseguir más.

Un escritor escribe. Si quieres ser escritor, escribe.

Está bien dejar que tus hijos te vean llorar.

El cáncer es desagradable y da miedo. Le tiras de todo encima, pero no olvides de lanzarle amor. Es posible que esa sea la mejor arma de todas.