A medida que las sociedades se vuelven decadentes, la lengua se vuelve decadente también. Las palabras se usan para disimular, no para iluminar, acción: liberas una ciudad al destruirla. Las palabras son para confundir, para que en la hora de las elecciones las personas voten solemnemente en contra de sus propios intereses.
Gore Vidal
novelista