Toda persona recuerda algún momento en su vida donde fue testigo de alguna injusticia, grande o pequeña y se hizo de la vista gorda porque las consecuencias de intervenir parecían demasiado intimidantes. Pero hay un límite a la cantidad de descortesía, desigualdad y falta de humanidad que un individuo puede tolerar. He cruzado esa línea. Y ya no estoy solo.
Edward Snowden
activista