La persuasión se consigue por el carácter personal del orador cuando el discurso es tan pronunciado que nos hace pensarlo creíble. Creemos en los hombres buenos más completamente y más fácilmente que en otros: esto es generalmente cierto cualquiera que sea la pregunta, y absolutamente cierto donde la exactitud certera es imposible y las opiniones están divididas.
Aristotle
filósofo