No quiero ser perfecto, pero quiero ser un modelo a seguir. Mi mamá siempre me dijo que las imperfecciones igualan a la belleza. Todos nosotros somos imperfectos.
Creo que estar en un escenario donde las personas no están siendo tratadas como iguales, y con un nivel común de decencia y respeto, es realmente incómodo.
Lograr el estado de ánimo de un guerrero no es una cuestión simple. Es una revolución. Considerar al león y a las ratas de agua y a nuestros semejantes como iguales es un acto magnífico del espíritu de un guerrero. Se necesita poder para hacer eso.
Incluso en la más profunda relación amorosa -cuando los amantes dicen 'Te amo' el uno al otro - no sabemos en realidad lo que estamos diciendo, porque el lenguaje no iguala la complejidad de las emociones humanas.
En la década de 1960 estábamos luchando para ser reconocidos como iguales en el mercado, en el matrimonio, en la educación y en el campo de juego. Fue un momento muy emocionante, muy rebelde.