Si hubiéramos escuchado a nuestro intelecto, jamás tendríamos un romance. Jamás tendríamos una amistad. Jamás iniciaríamos un negocio, porque seríamos cínicos. Bueno, eso es absurdo. Uno tiene que saltar de acantilados todo el tiempo y construir sus alas a medida que va cayendo.
Ray Bradbury
escritor