Bueno, creo que hemos intentado muy duro no ser demasiado confiados, porque cuando sientes un exceso de confianza, es cuando algo enloquece y te muerde.
Yo era un niño pequeño muy temeroso, y siempre le veía lo peor a todo. El vaso estaba medio vacío. Veía a gente besarse y yo creía que uno intentaba morder al otro.