Todas nuestras actividades, desde la infancia hasta la edad adulta, son sólo pequeñeces de diversas clases y tamaños, proporcionales a nuestros años y perspectivas.
La verdadera manera de ser humilde es no inclinarse hasta que seas más pequeño que tú mismo, sino estar a tu altura real contra una naturaleza superior que te mostrará cuál es la verdadera pequeñez de tu grandeza.