Los economistas quieren que su disciplina sea una ciencia y han acertado en ciertos preceptos, pero muchos de sus debates todavía están nublados por la ideología.
Haciendo caso omiso de todos los prejuicios de casta, credo, clase, color, sexo o raza, un swami sigue los preceptos de la fraternidad humana. Su objetivo es la unidad absoluta con el espíritu.
Debemos rechazar la idea de que cada vez que una ley se ha roto, la sociedad es culpable y no el infractor de la ley. Es hora de restaurar el precepto estadounidense de que cada individuo es responsable de sus acciones.