Había visto durante muchos años cómo algunas familias ricas poseían gran parte de la riqueza y el poder de Argentina en sus manos. Así que Perón y el gobierno çen una jornada laboral de ocho horas, pago poe enfermedad y salarios justos a los trabajadores pobres eran una buena opción.
Con el actual $5.15 la hora, el salario mínimo federal se ha convertido en un salario de pobreza. Un trabajador a tiempo completo con un niño vive bajo la línea de pobreza oficial.
Después de haber ganado el Óscar, mi salario se duplicó, mis amigos se triplicaron, mis hijos se hicieron más populares en la escuela, mi carnicero me tiró los tejos, y mi criada me pidió un aumento de sueldo.
América no es el Congreso. América no es Washington. América es el inmigrante luchador que emprende un negocio, o la mamá que trabaja en dos empleos de salarios bajos para dar a su hijo una vida mejor. Estados Unidos es el líder sindical y el Ejecutivo que dejan de lado sus diferencias para hacer la economía más fuerte.
Arreglar un sistema de inmigración roto. Proteger a nuestros hijos de la violencia de las armas. Igual remuneración por igual trabajo, vacaciones pagas, aumento del salario mínimo. Todas estas cosas todavía son importantes para las familias trabajadoras; siguen siendo lo correcto; y no lo dejaré hasta que lo hayan hecho.
Mientras más se extiende la división del trabajo y la aplicación de la maquinaria, mas se extiende la competencia entre los trabajadores, y más sus salarios se reducen en conjunto.
Después de años de inmigración masiva, salarios a la baja y un creciente desempleo, ¿no es hora de que nos centremos en las necesidades de las personas que viven aquí hoy? ¿No llegó el momento de volver a poner a nuestra propia gente a trabajar?