Si ustedes nos pinchan ¿no sangramos?Si nos hacen cosquillas ¿no nos reímos? Si usted nos envenenan ¿no moriremos? y si nos injurian ¿no nos vengaremos?
Pues bien: ¡muchas varas, al azar enviadas, encuentran blancos a los que el arquero no apuntaba! ¡Y muchas palabras, al azar pronunciadas, pueden aplacar o herir a un corazón que sangraba!
Es tiempo de recordar esa vieja sabiduría que nuestros soldados nunca olvidaran: que siendo negros o morenos o blancos, todos sangramos la misma sangre roja de los patriotas, todos disfrutamos las mismas libertades gloriosas y todos saludamos a la misma gran bandera americana.