Si descubriéramos que sólo tenemos cinco minutos para decir todo lo que queremos decir, cada cabina telefónica estaría ocupada por personas que llamarían a otras personas para balbucear que las aman.
Una amistad puede soportar la mayoría de las cosas y prosperar en suelo fino; pero necesita un poco de abono de cartas y llamadas telefónicas y regalos pequeños, tontos, cada tanto, sólo para salvarla de morir completamente.