Hay estaciones en cada país en donde el ruido y el descaro valen la pena; y en las conmociones populares especialmente, los clamores de los hombres interesados y facciosos son a menudo confundidos con patriotismo.
Todos los derechos garantizados a los ciudadanos por la Constitución valen nada, y una mera burbuja, excepto se los garantiza un poder judicial independiente y virtuoso.
Nos han enseñado a avergonzarnos de la confusión, la rabia, el miedo y la tristeza, y para mí valen igual que la felicidad, la emoción y la inspiración.