La familia nos enseña sobre la importancia del conocimiento, la educación, el trabajo y el esfuerzo. Nos enseña sobre disfrutar, divertirnos, mantenernos en forma y saludables.
Fui criado por una madre soltera que me abrió el camino. Ella solía fregar pisos como trabajadora doméstica, ponía un trapo de limpieza en su bolsillo y tomaba el metro en Brooklyn para que tuviera comida en la mesa. Pero cuando caminábamos hacia el metro me enseñó que la vida no está donde empiezas, sindo adónde vas. Esos son los valores familiares.
Los mitos subyacentes a nuestra cultura y subyacentes a nuestro sentido común no nos han enseñado a sentirnos idénticos con el universo, sino sólo partes de él, sólo en él, sólo confrontarlo - extraterrestres.
Nos han enseñado a avergonzarnos de la confusión, la rabia, el miedo y la tristeza, y para mí valen igual que la felicidad, la emoción y la inspiración.
Enseñamos a las personas a molestarse a sí mismas. No podemos cambiar el pasado, por eso cambiamos la forma en que la gente piensa, siente y se comporta en la actualidad.
Nunca he estudiado nada formalmente. Me echaron de la escuela a la edad de 17, así es que soy un autodidacta, que es una palabra que me he enseñado a mí mismo.